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Archive for marzo 2014


La máquina de Anticitera


Oculto en la oscura profundidad del mar ha permanecido durante más de 2000 años hasta que en el S.XX fué encontrado. Un objeto de una complejidad extraordinaria, único en su especie, parece creado fuera de su tiempo... ¿De donde viene? ¿Quién lo creó?



Los OOPARTS, ¿Objetos del Pasado o del Futuro?


OOPArt, es un término acuñado por el naturalista y criptozoólogo estadounidense Ivan T. Sanderson para denominar a un objeto de interés histórico, arqueológico o paleontológico que se encuentra en un contexto muy inusual o aparentemente imposible que podría desafiar la cronología de la historia convencional.

Los críticos argumentan que los OOPArts que no son engaños son el resultado de una interpretación errónea, una ilusión, o una creencia errónea de que una cultura particular no podría haber creado un artefacto o tecnología debido a la falta de conocimiento o de materiales.

La máquina de Anticitera



Muchos escritores e investigadores de lo paranormal, que cuestionan las visiones convencionales de la historia de la humanidad, han utilizado los supuestos OOPArts en los intentos de reforzar sus argumentos. Estos seguidores consideran a los OOPArts como prueba de que la ciencia convencional está despreciando grandes áreas de conocimiento, ya sea voluntariamente o por ignorancia.

Los OOPArts se han utilizado por ejemplo por la ciencia de la creación, para interpretar las descripciones religiosas de la Antigëdad, teorías de los antiguos astronautas, o la existencia de civilizaciones desaparecidas que poseían conocimiento y tecnología más avanzada que la nuestra.

Como ya sabrán la mayoría de nuestros lectores hace tiempo que publicamos sobre los Ooparts. El tema en cuestión para los que quieran saber más os lo dejamos en el siguiente enlace: La Esfera Negra de Ucrania


LA MAQUINA DE ANTICITERA


A principios del siglo XX, un pescador, Elias Stadiatis, un recolector de esponjas, buceaba en la isla Anticitera (Antikythera), al norte de Creta (Grecia), cuando bajo el agua encontró un pecio hundido a unos sesenta metros de profundidad cerca de la isla griega de Anticitera. Lo describió como un montón de cadáveres y caballos. Regresó a la superficie pensando que el exceso de dióxido de carbono lo estaba haciendo alucinar. Lo que Stadiatis no sabía era que en realidad se topó con el naufragio de un barco romano que transportaba cientos de piezas griegas del siglo III a. C. En él, se encontraron ánforas, estatuas de mármol y cobre, cerámica grecorromana y una serie de monedas que permitieron datar el naufragio entre los años 85 y 60 a.C.


La máquina de Anticitera
Restos del naufragio de Anticitera: un fragmento del casco, construido en madera de olmo con tecnología romana, y diversos trozos de cerámica entre los que se distingue el cuello de un ánfora del siglo I a.C. Imagen obtenida a 52 m. de profundidad por miembros del Instituto Egeo, operando desde el barco Calypso del comandante Cousteau, en 1975. 
Foto: Aegean Institute 


Un extraño descubrimiento


Una vez finalizadas las tareas de rescate un año más tarde y cuando se realizaba su clasificación, el arqueólogo griego Valerios Stais reparó en la presencia de un extraño objeto. Algo bien distinto a los objetos a los que dicha época nos tiene acostumbrados. Algo francamente extraño y que estaba muy deteriorado por haber estado tanto tiempo bajo el mar que al principio no hizo más que levantar alguna ceja, empezando por la de su descubridor, el arqueólogo Valerios Stais (1902). Lo que Valerios recuperó del fondo, murmurando aquello de “¡qué curioso…!”, era una especie de mecanismo construido en bronce y compuesto por treinta engranajes. 


La máquina de Anticitera


Durante las siguientes décadas, se recuperaron un total de ochenta y tres fragmentos correspondientes a este objeto (82 según otras fuentes). Con una esfera en la parte frontal y dos en la parte posterior, se trataba de un instrumento para realizar complicados cálculos astronómicos, como fijar la posición del Sol, la Luna y los planetas conocidos en la época. Si quisieras verlo en persona, se conserva actualmente en la Colección del Bronce del Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

Pero, ¿cómo fue alguien capaz de crear hace más de dos milenios una sofisticada máquina cuyo grado de complejidad y perfección mecánica no surgiría otra vez hasta el siglo XIV europeo? 
Sin duda nos encontramos ante el objeto más portentoso de la Antigüedad, una manifestación suprema del conocimiento perdido con la destrucción de las grandes bibliotecas del pasado. Como, por ejemplo, la Biblioteca de Alejandría.


El objeto


Un siglo después de su descubrimiento, aprovechando avances tecnológicos como la tomografía de rayos X o la fotografía digital, la máquina de Anticitera ha sido objeto de análisis de equipos de matemáticos, historiadores y otros expertos en exhaustiva investigación para resolver el rompecabezas del mecanismo de Anticitera.

La máquina de Anticitera
Radiografía del fragmento A del mecanismo de Anticitera.
© 2005 Antikythera Mechanism Research Project.


Este complejo mecanismo de relojería, fué creado 1.200 años antes de que se desarrollaran los primeros relojes puramente mecánicos en Al-Ándalus. Sólo hay un pequeño problema: el mecanismo de Anticitera es mucho, muchísimo más que un simple reloj.

Tras un examen minucioso y la limpieza de residuos a base de ácidos, tanto Stais como otros expertos llegaron a la increíble conclusión de que este artefacto debía de ser algún reloj astronómico o instrumento de navegación muy sofisticado.

La función y la belleza del mecanismo de Anticitera permanecieron ocultos hasta que estudios recientes sometieron a la máquina a técnicas de imagen más avanzadas.
En primer lugar, fue fotografiada a través de una técnica en la que las superficies están expuestas a diferentes patrones de iluminación.

Esto crea diferentes niveles de contraste que permite a los investigadores a leer mucho más que el texto griego inscrito.


La máquina de Anticitera
Cuatro "cortes" o "lonchas" del interior del mecanismo de Anticitera (fragmento A) obtenidos mediante tomografía computerizada de rayos X para el AMRP.
© 2005 Antikythera Mechanism Research Project.
























Luego, se utilizaron imágenes de rayos x para crear modelos en 3D de la computadora del mecanismo completo, revelando por primera vez algunos de los más complejos y detalladas interacciones de los engranajes. Especialistas en epigrafía, detectaron la presencia de inscripciones que hacían referencia al Sol, la Luna y otros cuerpos celestes.

Mecanismo realizado en bronce, consta de 40 ruedas de engranaje (la principal dispone de 240 dientes), 9 escalas móviles y 3 ejes (el mayor servía para poner en marcha todo el increíble mecanismo). Se cree que en sus orígenes alcanzaba unas dimensiones de 8 X 16 X 32 centímetros, con un cuadrante de frente y otros dos más por la parte posterior.


La máquina de Anticitera


La esfera frontal presenta dos escalas concéntricas. La exterior está indicada con los 365 días del calendario egipcio, basado en el ciclo sótico, que podía moverse para compensar el día bisiesto cada cuatro años. Cabe reseñar que el primer calendario grecorromano con años bisiestos, el juliano, no se instituyó hasta el 46 aC (aunque hubo un intento previo en Egipto, con el Decreto de Canopus, en el 238 aC; pero no tuvo éxito). El mecanismo de Anticitera precedería, pues, a este adelanto en varias décadas y puede que hasta un siglo.

Dentro de esta primera escala en la esfera frontal, hay otra marcada con los signos griegos del zodíaco clásico y dividida en grados. En esta esfera frontal había al menos tres agujas, una para indicar la fecha seleccionada y otra para indicar la posición del Sol y la Luna respecto a los signos zodiacales helénicos. El indicador lunar está compensado para reflejar las irregularidades conocidas de la órbita de nuestro satélite; se supone que el solar tendría algún sistema parecido, pero si existió, ha desaparecido. En esta misma esfera frontal hay un indicador más para mostrar las fases de la Luna.

La máquina de Anticitera
Reconstrucción por ordenador, en vista anterior y posterior, del mecanismo de Anticitera completo en su caja, sin las puertas que lo cerraban y sólo con los textos recuperados.
© 2008 Tony Freeth, Images First Ltd.


En las inscripciones en griego se hallan varias referencias sobre Venus y Marte, lo que ha conducido a algunos autores a afirmar que el mecanismo contendría una sección adicional –hoy perdida– para indicar la posición de estos astros e incluso de todos los cinco planetas que conocían los griegos mediante trenes sucesivos hasta un total de 72 engranajes. Conservarse, sólo se conserva un engranaje adicional de utilidad desconocida, desconectado de los demás.

La esfera frontal contiene también un parapegma, precursor de los almanaques modernos, que indicaba la salida y el ocultamiento de varias estrellas específicas indicadas mediante iniciales en griego. Parece haber referencias cruzadas a este respecto en las inscripciones grabadas por toda la máquina.
La máquina de Anticitera
Esquema general del mecanismo de Anticitera en vista superior.
© 2008 Tony Freeth, Images First Ltd

Por la cara posterior tenía dos esferas en vez de una, llamadas “alta” y “baja”. La alta tiene forma de espiral, con 47 marcas en cada vuelta hasta totalizar los 235 meses del ciclo metónico. El ciclo metónico de 6.940 días, que se estudió en Babilonia y constituye la base del posterior calendario hebreo, es una aproximación bastante exacta al múltiplo común de los ciclos del sol y de la luna: equivale más o menos a 19 años tropicales y 235 meses sinódicos a la vez. Metón el Ateniense observó este fenómeno ya en el siglo V aC –de ahí su nombre– e incluso describió una fórmula correcta para corregir la pequeña diferencia entre ambos, con lo que el mecanismo de Anticitera permite esta corrección. Sobre esta base, se pueden crear y ajustar calendarios lunisolares con gran facilidad. Dicho de otra manera: en un tiempo en que la mayoría del mundo aún estaba prácticamente en el Neolítico, con un mecanismo de Anticitera tú podías llegar a cualquier sitio y levantar un calendario en cuestión de horas.


La máquina de Anticitera
Trenes de cálculo lunar de la máquina de Anticitera, vista posterior.
 Imagen base: © 2008 Tony Freeth, Images First Ltd

La esfera posterior baja está también dispuesta en forma espiral, con 223 divisiones para mostrar los meses del ciclo de Saros, originado en la cultura caldea. El ciclo de Saros es excepcionalmente interesante, pues equivale al tiempo transcurrido entre dos momentos en que el Sol y la Luna se encuentran en parecida posición con respecto a la Tierra, y por tanto entre ocurrencias del mismo eclipse. En combinación con el metónico, permite predecir los eclipses con bastante exactitud. Esta esfera posterior baja contiene además una aguja más pequeña que indica el exeligmos o triple Saros de 54 años, para corregir las imprecisiones del ciclo de Saros, dado que éste no es un número entero exacto sino que consta de 6.585 días y un tercio. Recientemente (2008), se ha descubierto también una esfera menor adicional que parece corresponder al ciclo calípico de 76 años, dividida en cuatro secciones con los nombres de los cuatro juegos panhelénicos (incluida la Olimpiada) más otros dos de menor importancia; uno de ellos permanece sin descifrar.


La máquina de Anticitera


Así, el mecanismo de Anticitera resulta ser un pasmoso computador analógico, un autómata de la Antigüedad, que suma y aplica los conocimientos de toda la media luna donde se originó la civilización occidental (Grecia, Egipto, Levante, Mesopotamia). Esa es la clase de conocimiento desaparecido que se encontraba en lugares como la Biblioteca de Alejandría.

Quien llevara consigo un mecanismo de Anticitera, estaba perfectamente ubicado en el tiempo con respecto al Sol, la Luna y las estrellas. Podía predecir las épocas de siembra y cosecha, los eclipses, las estaciones, practicar las formas de adivinación antigua (que en aquella época era muy importante), todo. El mecanismo de Anticitera es un instrumento protocientífico avanzado, la herramienta perfecta para un astrólogo, un astrónomo, un astrofísico de la Antigüedad, tan avanzado que no volvió a ser posible hasta milenio y medio después. Con ese nivel de miniaturización, más aún. Y es único en el mundo: no se conoce ninguno más ni nada siquiera parecido.




El investigador Michael Wright, del Imperial College de Londres, consiguió construir en el 2006 lo que él cree que es una réplica exacta de este dispositivo.

Además, algunos investigaciones recientes señalan que el dispositivo utiliza una serie de engranajes especiales para tener en cuenta la excentricidad de la órbita lunar y considerar esta trayectoria elíptica.

Se puede por tanto considerar que la máquina de Anticitera reúne todos las características para ser considerado un auténtico OOPArt.
 

¿Pero..quién fué su autor?


Y es que el misterio gira en torno a quién fue el genio detrás de este artefacto y cómo perdimos tal avance que pudo haber cambiado la historia.

Sabemos que el mecanismo de Anticitera no era sólo una herramienta científica, también tenía un propósito social. Sabemos que los griegos celebraron grandes competiciones deportivas ( como los Juegos Olímpicos ) cada dos o cuatro años y la computadora analógica calculaba la fecha de los hechos.


La máquina de Anticitera


El misterio de quién construyó el mecanismo de Anticitera permanece y muchas teorías especulan a este respecto. 

Se ha asociado su autoría a Arquímedes, sin embargo no esta claro aún. El contemporáneo Cicerón (106 – 43 aC) habla en su De re publica sobre dos dispositivos creados por Arquímedes (287 – 212 aC) que parecen alguna especie de planetario de mesa por engranajes capaz de representar posiciones astronómicas y realizar predicciones en base a las mismas.

Por otro lado las palabras escritas revelan que el dispositivo es de origen Corinto o de colonias posiblemente corintias. Sicilia fue una de esas colonias y la ciudad siciliana de Siracusa fue el hogar de Arquímedes, por ello, los investigadores presumen que el mecanismo de Anticitera se basa en un diseño de Arquímedes y puede incluso haber sido construido por un taller donde ejerció su tradición tecnológica.

Arquímedes
Arquímedes

Pero, si el proyecto se " industrializo" ¿por qué nunca nos encontramos otro como él?

La complejidad del mecanismo muestra que si en verdad fue creación humana, entonces los antiguos humanos eran capaces de hazañas intelectuales y de ingeniería que asombran nuestras mentes modernas. Hizo falta un avanzado nivel teórico para concebir una máquina así. Las partes más difíciles y complejas son el ciclo metónico y el calípico que eran bien conocidos en el periodo e incluso antes, procedentes de las culturas mesopotámicas. ¿cómo podían tener estas culturas este conocimiento?


Conclusión


Nos encontramos por tanto, ante un instrumento científico de una muy alta tecnología y extrema precisión, el equivalente clásico a una nave de espacio profundo en un tiempo donde tales preocupaciones eran aún más raras que en la actualidad. De hecho, por el momento no se ha encontrado ninguno más. Los tristes restos del mecanismo de Anticitera parecen ser el superviviente único de un tiempo perdido, cuya singularidad va a la par con su sofisticación y extrañeza.

Un instumento científico-técnico portátil para la realización de cálculos astronómicos o astrofísicos elementales desarrollado en el contexto de la civilización grecorromana oriental en torno a principios del siglo I aC. Es un autómata, seguramente no-programable de ninguna manera práctica, construido en bronce y madera, con sistemas de cálculo, representación y alimentación basados en la ingeniería mecánica. Incluye tablas de operación y referencia. Entendido como máquina calculadora o computadora, estamos ante un ordenador analógico de la Antigüedad, creado a partir de los conocimientos teóricos más avanzados disponibles en el periodo. Este objeto sólo tiene sentido en manos de un científico que lo entendiera o, como rareza, en el tesoro de un rey.


Máquina de Anticitera


El mecanismo de Anticitera aún guarda muchos misterios de los de verdad y un mensaje inquietante para nosotros. Contiene una advertencia. Nos dice que el progreso no está garantizado. Nos recuerda que las sociedades pueden retroceder, como sucedió: mil años largos, hasta que alguien volviera a hacer algo parecido.

Las guerras y los desastres naturales a lo largo de este tiempo han hecho perder muchas más obras y maravillas que nunca se encontrarán. Si el modelo de civilización que creó esta computadora de la Antigüedad hubiera podido seguir adelante, ¿por dónde andaríamos hoy, ya?


Documentales




Mecanismo de Anticitera (parte 2)




Mecanismo de Anticitera (parte 3)



Mecanismo de Anticitera (parte 4)




Documental sobre Ooparts










Fuentes:
http://es.globedia.com/descubren-proposito-mecanismo-anticitera
http://www.xatakaciencia.com/astronomia/el-mecanismo-de-anticitera
http://siliseed.com/2012/10/mecanismo-de-anticitera-exploraciones-arqueologos.html
http://www.ojocientifico.com/4597/que-es-el-mecanismo-de-anticitera
http://elsofista.blogspot.com.es/2013/01/el-mecanismo-de-anticitera.html
http://www.lapizarradeyuri.com/2011/03/05/el-mecanismo-de-anticitera/